Un cielo
estrellado, la calma y el sosiego acompañaban la velada que había organizado la pareja para su noche especial.
En medio de
caricias, mimos e íntimos suspiros, el ambiente se tornaba mágico y seductor. Nuestra
pareja celebraba su año juntos.
Noa, redecoró el jardín de su casa con pétalos de
rosas rojas, encendió velas, incienso y preparó la mesa con motivos muy bellos. Para
que su amado Abel supiera todo el amor que siente por él.
Era todo
perfecto, una charla amena, la cena y la decoración. Nada podía perturbar la
felicidad que se percibía en el entorno,
ni reclamar la atención de los dos bajo ningún concepto, eso fue lo que se
prometieron antes de comenzar la celebración.
De repente
advirtieron, que un objeto lanzado al aire se aproximaba a su nido de amor. Era una pluma de un pájaro atada a una piedra
con un mechón de pelo. Cual fue la sorpresa de los dos, que el cabello era negro con un lazo rojo y por
el tamaño se notaba que era de una chica, algo muy extraño y muy personal pensó
Noa.
El corazón de
Abel dio un vuelco y sin querer aparentar nada se hizo el sorprendido.
Noa, lo recogió del suelo y se dispuso a desatar el
conjunto. Para percatarse que en el lazo había escrito un nombre “Mina” más un
mensaje que decía, “Mi amor, solo quería desearte feliz aniversario, hoy cumplimos
12 años de casados”
Se detuvo el
tiempo, el silencio se apodero de aquel instante, la magia desapareció y hasta
las estrellas abandonaron el cielo.
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