Después de aquel
silencio tremendo, de repente los dos soltaron una carcajada nerviosa.
Noa sabía que Abel nunca
estuvo casado, pero eso no impidió que la invadiera un sentimiento de ira y celos
horroroso. Quería saber lo que estaba pasando; si era una broma macabra o que su marido tenía un
amante.
Abel, dijo:
- Escucha mi amor, nunca quise decirte nada pero llevo años
recibiendo este regalo cada 12 de abril. Que por casualidad es nuestra fecha de
aniversario ahora.
Noa:
- ¿Cómo? Y... ¿Por qué?
Abel:
- ¡Óyeme cariño! Tranquilízate
y te lo explico todo.
Noa:
- ¿Quién es Mina y qué relación tiene contigo?
Abel:
- Mi niña, te acuerdas
que esta casa era de mis abuelos y me la
dejaron en herencia.
Noa:
- Claro que me acuerdo,
como para olvidarlo si cada vez que viene tu madre me lo recuerda.
Abel:
- No vayas por las ramas
cariño, ese no es el asunto que te quiero aclarar. Solo escúchame y lo
entenderás todo.
La casa se construyo en
1912, y durante varias generaciones
estuvo viviendo la misma familia. Ella fue heredada de padres a hijos hasta mis
días.
Por lo visto cuentan,
que había una pareja de enamorados en la
familia. Un amor idílico, como un cuento de hadas ¡De película! No podían vivir
el uno sin el otro.
Hasta que por desgracia, un día cerca del lago estaban los dos
haciendo picnic. La mujer, se fue a lavar una copa para darle de beber a su
marido y algo la arrastro hasta el fondo del lago. Nada se pudo hacer para
salvarla.
Eso pasó un día 12 de abril de 1938 que coincidía también con el aniversario de la pareja. Por
eso lo estaban celebrando en el lago. Desde aquel día y cada 12 de abril el
marido venía recibiendo este conjunto como regalo.
Noa atónita y sin poder
creer lo que sus oídos estaban oyendo dijo:
- ¿Y tú que pintas en
todo? ¡No me asustes!
Abel:
- Por lo que me han dicho
soy la viva imagen del marido de la muerta.
Noa:
- Ese hombre estará
muerto también y me imagino que se habrán encontrado los dos en el Más Allá
como dicen ¿NO?
Abel:
- No lo sé, aunque creo que él se caso después con otra
mujer. Así que me imagino que se iría con la última. Pero no me hagas caso, no
entiendo muy bien toda esta parafernalia.
Noa:
- ¿Qué quiere de ti la
señora entonces?
Abel:
- Que vaya con ella al
lago.
Noa:
- ¡No digas eso! ¿Para
qué?
Abel:
- Para celebrar el
aniversario. Lo tiene todo preparado en
el mismo sitio y bajo el mismo árbol.
Noa:
- ¡Dios mío! ¿Cómo la podemos ayudar para que te deje en
paz? Dile que hable conmigo y que yo soy tu esposa.
Abel:
- No puedo.
Noa:
- ¿Por qué?
Abel:
- Porque me dijo que si
no te alejas de mi te matará y yo no quiero que te haga daño, mi amor.
Noa:
-¿Qué piensas hacer
entonces?
Abel:
- Ir con ella hasta el
lago para que te deje vivir. No soportaría tu muerte y prefiero que me mate a
mí.
Noa, comenzó a llorar y
ya no le salían las palabras de la boca. Eso era lo más hermoso que le habían
dicho en toda su vida.
¿...?
Ayer recibió un regalo…
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